Tombarà

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martes, 27 de diciembre de 2011

El año indignado

En apenas unos días, este año 2011, en el que tantas cosas han pasado, habrá llegado a su fin, y recibiremos al 2012, otro año en el que no parece que salgamos de la crisis, por el contrario, la recuperación parece más lejana que nunca.
Pero bien, me gustaría hacer un pequeño repaso de todo lo que ha pasado durante los últimos 12 meses, entre los cuales hay un gran número de echos dignos de mención, a un puñado de ellos tan solo voy a referirme.
El año empezaba con una fantástica noticia, ya no se podía fumar en los bares. Una gran noticia para todos aquellos no fumadores que nos teníamos que tragar el humo de los fumadores. Hay quién dijo que nadie iba a cumplir con la normativa, sin embargo, yo aún no he visto a nadie que se la salte.
El PP, prometió derogar esta ley si llegaba al gobierno (dónde ya ha llegado), aunque a mi entender eso tan sólo fue una de esas promesas que se hacen en campaña para ganar votos, y que después no se cumplen. Esperemos que así sea.
Y llegaríamos a mediados de enero, cuando la inmplación de un hombre en en Túnez sería el detonante de la que luego se conoció como Primavera árabe. El primero de los dictadores en caer, tan solo unos días después, sería Ben Alí, presidente de Túnez. Siguiendo el ejemplo de los tunecinos, en Egipto la ciudadanía acamparía en la Plaza Tahrir, en El Cairo, reclamando la marcha inmediata de Mubarak, presidente del país durante 20 años, en que gobernó con mano de hierro. La represión sería dura, pero en febrero, Mubarak dejaría el cargo. En la actualidad, el gobierno lo ejercen los militares, cosa que el pueblo egipcio no tendría que aceptar bajo ningún concepto, y debe manifestarse contra ellos, como aún hoy sigue haciendo. En este contexto de primavera árabe, también estallarían revueltas en Siria, Bahrein, Yemen, Marruecos, Argelia, y sobretodo, en Libia, sobre la cual hablaré posteriormente.
El 11 de marzo, un temible tsunami arrasaría el este de Japón, dejando cientos de muertos, pero también provocaría una de las mayores catástrofes nucleares de la historia, al mismo nivel o incluso superior al de Chernóbil, sería en la central nuclear de Fukushima dónde se verían afectados algunos de sus reactores, desencadenando así una catástrofe de la que poco se sabe por el momento. Una prueba de que la energía nuclear no es tan segura como desde los gobiernos nos han ido diciendo durante las últimas décadas. En mi opinión, las centrales nucleares deberían ser canceladas, y buscar energías alternativas, renovables, aunque resulten un poco más caras, como la eólica, solar, biomasa o maremotriz.
A nivel nacional, el 22 de mayo se celebraban elecciones autonómicas y municipales, y en medio de la campaña, el día 15 miles y miles de personas saldrían a la calle a protestar por un sistema injusto, bajo el lema "Democracia Real YA", eran los indignados, y tomarían las mayores plazas de las ciudades españolas, Sol, Plaça de Catalunya, o aquí en Valencia, la Plaça de l'Ajuntament, que rebautizarían como Plaza 15M.
De este movimiento, me quedo especialmente con dos de las cosas que proponen. La primera es la reforma del sistema electoral, sumamente injusto para los partidos más pequeños, como IU o EQUO, los cualesno ven represntados en diputados los votos que reciben, siendo los grandes beneficiarios de esto los partidos nacionalistas (CIU, PNV), y sobretodo los dos grandes partidos, PP y PSOE.
Otra de las propuestas del movimiento 15M, que apoyo sin fisuras es la dación en pago. Es de vergüenza que después de ser deshauciadas de sus casas, las personas sigan teniendo que pagar la hipoteca al banco. Me parece una actitud muy poco escrupulosa por parte de los que más tienen, los bancos.
Llegaría el día 22, y el PSOE perdería una gran parte del poder que tenía, tanto a nivel de comunidades (Castilla La Mancha, Extremadura, Aragón, Asturias...), cómo a nivel municipal (Barcelona, Sevilla, San Sebastián, Santiago de Compostela...). El PP nunca había logrado tanto poder a nivel de comunidades autónomas, pero esto no se debió a su programa, se debió a otras causas que después mencionaré.
Unos meses después, aún seguía la guerra civil en Libia, desde que Muamar Gadafi se negaba a dejar el país en manos de su pueblo. Gracias a apoyo de la OTAN, los rebeldes libios, irían ganando terreno a las fuerzas gadafistas, tomado sucesivamente las principales ciudades, entre ellas Trípoli, capital del país.
En octubre, Gaddafi sería capturado en su ciudad natal, Sirte, último bastión del régimen, y sería cruelmente torturado y asesinado, negándosele el derecho a un juicio. Para más inri, su cuerpo fue expuesto como un trofeo de guerra en una cámara friogorífica para que lo contemplase todo quén quisiera, hasta prácticamente su descomposición. Echos como éste, merecen la condena de la comunidad internacional, puesto que no se respetaron los derechos humanos, y en ese momento, los rebeldes libios se pusieron al nivel del que había sido hasta ese momento su verdugo.
Tan solo un día después de la muerte de Gaddafi, tendría lugar la noticia más importante del año a nivel nacional, el día 20 de octubre, ETA anunciaba que dejaba la lucha armada. Gran noticia para todo demócrata y del que todos debemos alegrarnos, ya que desde ese momento, los españoles vivimos en un poco más de paz y libertad, sobretodo en el País Vasco.
Exactamente un mes después del fin de la violencia de ETA, tendrían lugar las elecciones generales, el 20N, que serían ganadas por mayoría absoluta por el Partido Popular, y en la que el PSOE viviría la mayor derrota electoral de la democracia. Derrota dolorosa, especialmete para un militante socialista.
De esta victoria del PP, me gustría remarcar una cosa, y es que el PP obtuvo medio millón de votos más que cuatro años antes, cuando perdió las elecciones, mientras que el PSOE retrocedió cuatro millones de votos, que fueron hacia otros partidos cómo IU, UPyD, Compromís, EQUO o Amaiur. De aquí se extrae que más que una aplastante victoria del Partido Popular, esa noche lo que se vivió fue un hundimiento del Partido Socialista, que le ha de llevar a repensar el proyecto socialista, dar un giro a la izquierda, para recuperar a esos millones de votantes que se ha dejado por el camino, como consecuencia de las políticas neoliberales que aplicó durante esta durísima crisis que vivimos. El PSOE tiene que volver al lugar que le corresponde, la izquierda.
Finalmente, durante este año que acaba, también hemos vivido escándalos de corrupción, entre los cuales cabe destacar sobre los demás el Caso Urdangarín, y su Instituto (fantasma) NÓOS, que ha socabado la imagen de la Casa Real entre la ciudadanía, y ha llevado a muchos ciudadanos a abrir los ojos de una vez y plantearse si de verdad merecemos ua monarquía, o una democracia de verdad: una nueva república. Yo hace tiempo que lo tengo decidido.
MB

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